lunes, 19 de abril de 2010

Hey, how do you do?

Apenas tocó el piso, un charco de tristeza se encargó de empaparla. Miró al cielo y hoy también el colchón de nubes ejercía presión sobre sus sentimientos. Ayer pasó igual, el cielo estaba extraño pero hermoso. Recordó entonces el día anterior, cuando el limite entre la arena y el mar era confuso. Donde se encontraba en otro territorio indefinido por la horizontalidad que se experimentaba. El gris lo invadía todo, pero la calma era gratificante. El olor, el aire lleno de historias. La mirada perdida en el horizonte. Finalmente imaginando escenas. Haciendo un esfuerzo por secarse siguió caminando. Esas diez cuadras son necesarias siempre, para cambiar de careta, redescubrirse y prepararse para, luego, colocarse una nueva, una vez más, al igual que Tarcila. Las dudas son su peor enemiga, hacen que cuestione todo, se encargan de angustiarla. Pero esta vez decidió apartarlas. Estaba caminando sola y ya lo ha hecho por bastante tiempo. Uno llega a acostumbrarse, lo llega a disfrutar. Conversaba con ella misma mientras andaba. Pero en silencio como siempre. Conversa con ella porque así no hay forma de que los comentarios queden sueltos, en el aire, sin nadie que los acoja. No confía en nadie y ya no quiere confiar en ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

siempre es bueno confiar en alguien