sábado, 10 de abril de 2010

Mézclate y confúndete.

Por circunstancias ajenas.
Por comportamientos y actitudes.
Tal vez por mí.
En realidad, sí, por mi.
Observo.
Observo mucho a las personas y sus actitudes.
Su comportamiento.
Y a veces prefiero callar.
Prefiero no hablar.
En mi cabeza se forma un mundo.
Uno que pocos conocen y entienden.
Es por eso.
Y escribo.
Y así puedo hablar de ti, referirme a él y conversar contigo.
Te quiero.
Y no se a quién se lo digo.
¿Acaso tú no sientes esa necesidad de contacto?
Solo me gustaría saber eso.
A veces los nervios te consumen, hacen una fiesta en tu interior y es divertido.
Escribo para estar tranquila.
Para liberarme.
Lo que pasa es que me gustan las sorpresas.
Así como sorprender.
Imagino mucho, ese es el problema.
Así como estoy pendiente cada vez que suena el teléfono.
Expectativa pero mucho miedo.

No hay comentarios: