miércoles, 27 de mayo de 2009

Miedos

¿Tu a qué le tienes miedo?

Yo, a que me hagan daño.

Yo, a que me mientan.

Yo, a que me olviden fácilmente.

¿Tu a qué le tienes miedo?

Yo, a llorar todos los días.

Yo, a mirarte a los ojos y ver que ya nada ocurre en ellos.

¿Tu a qué le tienes miedo?

Yo, a no dejar de quererte.

¿Tu a qué le tienes miedo?

Yo, a verte feliz con otros (aunque sea egoísta).

¿Tu a qué le tienes miedo?

Yo, a no ser parte de tu vida.

¿Tu a qué le tienes miedo?

Yo, a que no compartas tus miedos.

El techo

Me encontraba escribiendo en la computadora, quejándome y cuando terminé de contar todo, suspirando me eche para atrás en la silla para descansar. Miré el techo y los recuerdos aparecieron de repente. Cuando era niña, me encantaba sacar el espejo chiquito de mi mamá y colocarlo a la altura del pecho de tal manera que lo reflejado en él solo era el techo. Entonces empezaba mi recorrido por toda la casa. Las vigas se convertían en obstáculos que dividían las habitaciones y el piso se volvía diferente. Disfrutaba tanto esas aventuras, casi tanto como cuando soñaba que toda la casa se inundaba y buceaba en ella. Al ras del suelo justo como lo hacía en mis clases de natación. Me fascinaba imaginar esa escena. Hoy que me encuentro en otra casa lo intenté de nuevo. Fui en busca del mismo espejo y empecé un nuevo camino. Fue genial… y me sentí tal cual como si fuera la niña de entonces. Y me atreví a probar algo distinto… al final puse mi mundo al revés :) ¡Fue divertido!

I wanna make a mistake... why can't I make a mistake?

lunes, 25 de mayo de 2009

Una tarde

Una vez que empiezas a caminar ya nada te puede detener. Si pierdes el ritmo, ya para que seguir…caminé con el viento helado que me refrescaba y me despeinaba el cerquillo continuamente. Vi vitrinas, entré a las tiendas de ropa, me vi en los espejos, vi de lejos que libros nuevos habían…que cuentos bonitos podía usar de inspiración…me mandaron un beso, volví a ver mil escupitajos. No se que pasa con eso. Pisé jardines, caminé bajo los árboles, una polilla blanca pasó por delante y también uno de esos pajaritos negros. Casi me estrello con ellos y pensé en lo contradictorio que había vivido, algo blanco y negro al mismo tiempo. Sonreí. Luego entré a una vereda que se interrumpía en un tramo. El pavimento estaba todo roto, rústico. Había un carro estacionado en paralelo y solo dejaba un estrecho pase entre la pared rosada de la parte posterior de la casa. Entonces en mi memoria entró un recuerdo de cuando era niña y visitábamos esa casa y disfrutaba del ambiente de entonces.

jueves, 21 de mayo de 2009

Get gone

Necesitaba salir y encontrar temas nuevos, caminar un rato por las calles y ver el mundo. Olvidar los asuntos que me dan vueltas por la cabeza y alzar la mano bien alto para coger esas ideas geniales que andan volando a nuestro alrededor. Tal vez no fue muy productiva la salida, no le presté mucha atención a los detalles. Estaba concentrada en otra cosa, solo fue cuando me encontraba de regreso al lugar donde me siento segura que todo fluyó. Solo quería un beso pensé, sin embargo, obtuve otras cosas que no deseaba. Todo regresa.

Araña, aretes, algo...

Levanté la mirada de casualidad. No recuerdo el por qué, pero felizmente lo hice. Me percaté de la araña en el techo y su movimiento incesante. Desde ese momento, ya no pude proceder con la rutina de la ducha tradicional. “Terminé” apresurada y sin despegar la mirada un instante de ella. Por mi mente, pasaba la posibilidad de no haberla visto, que me pique sin darme cuenta y ser poderosa cual hombre araña. Me olvidé de ella por un instante y seguí con mis cosas. En realidad si sabía de su presencia, pero como yo ya no estaba en su territorio deje de vigilarla por un momento. Luego cuando quise ubicarla de nuevo ya había desaparecido… Fui a la computadora, entre al msn y luego regrese al baño a peinarme. Me miré al espejo y me coloqué los mismos aretes de perlas que uso hace más de un año. Entonces comprendí una cosa más. Me acordé de mi mamá y que siempre me quejo de ella…pues una vez que encuentra algo nuevo que nos guste de comer a todos, nos fregamos pues lo más seguro es que comeremos eso mínimo por más de dos semanas seguidas :S ...Intuí entonces de donde proviene mi monotonía. Si estoy cómoda con algo, permaneceré con eso por mucho tiempo.

martes, 19 de mayo de 2009

Hola dijo un caracol…

Y vuelven esos momentos, de sensaciones indefinidas, angustia tal vez, nervios porque algo nuevo va a venir pronto y en realidad no tengo ganas de eso. Ahora, ya me encontraba asentada, tranquila. Pero removieron el frasco otra vez, de improvisto y todo se mezcló. Y para adicionar, esa voz volvió a hablar. En realidad, esa voz siempre está presente para decirte lo feo que actúas, la fea persona que eres. Antes, esa voz te protegía, era tu amiga, te ayudaba, era un ejemplo a seguir. Ahora, solo esperas no ser como ella… el caracol seguía ahí, al parecer en el mismo lugar, con la misma sonrisa dulce del saludo. Y vuelven los pensamientos, mejor dicho se reafirman. Miedo a no pertenecer. Nunca he pertenecido, antes pensaba que con el tiempo iba a poder lograrlo, hoy se que no lo haré. No pertenezco, no crezco a pesar de que los años pasan. Sigo teniendo once años, sigo resentida con el mundo. Sigo con miedo a no pertenecer. Y el caracol sigue sonriendo, yo le sonrío de vuelta.

lunes, 11 de mayo de 2009

Invierno

Llegó el invierno, lo pude sentir en lo olores. Sentí melancolía porque una vez más descubrí que todo vuelve, así sean solo recuerdos. Caminar por la calle ahora es distinto. Respiro la niebla, respiro el monóxido de carbono, respiro la humedad, respiro la falta de ganas. Ahora, el sol no me ayuda a identificar las horas. El día parece estático, es igual. Lo sentí. Tuve que cubrirme la piel así como los errores. No disfruto del invierno. No somos libres porque nos tapamos, nos engañamos. Porque acaricio una chompa y no la piel. Llegó el invierno, lo sentí... en mis manos heladas, en mi nariz.

sábado, 9 de mayo de 2009

Comprendí

A veces adoptamos actitudes equivocadas para defendernos, para no sentirnos tristes o molestos. Y creamos una barrera imaginaria, un escudo que según nosotros nos protege. Pero estamos mal, es peor. Nos hacemos daño el uno al otro sin darnos cuenta. Somos egoístas y pensamos solo en nuestro bien. Necesitamos nuevas actitudes, debemos dejar de fingir. No quiero límites, quiero ser libre y sentirme feliz.

viernes, 8 de mayo de 2009

Camille

Camille es soñadora y confiada, segura de sí misma pues cree poder manejar toda situación que se le presente. Ella sabe comportarse, sabe medirse, sabe cuando es un buen momento para reír, para escuchar o para llorar. Últimamente, está un poco perdida. Pasa algo en su interior que ha hecho que los cables que estaban conectados según situación-sentimientos, hayan cambiado de posición provocando un desastre en ella. Ahora, enfurece muy rápido, explota por cualquier pequeñez, pierde la paciencia, no le sonríe a los detalles. Llora en lugares inadecuados, en momento no precisos por motivos que ella misma no logra entender. También se la pasa hablando sola por las calles, maldiciendo y quejándose de los demás. Sin embargo, cuando logra recuperar la calma y detenerse un momento para notar los detalles que la rodean, vuelve a ser esa chica especial que los que realmente conocen, valoran. Y sonríe, porque hace uso de sus sentidos y ve lo que otros dejan pasar. Baila en su interior y es feliz. Camille es feliz al levantarse en un día soleado, cuando logra ver el cielo celeste y con pocas nubes blancas que dibujan un paisaje perfecto. O cuando por su ventana ve los arboles del parque frente a su casa con un verde limón increíble por el reflejo del sol. Entonces, decide caminar, siempre y cuando se encuentre con sus zapatillas azules.

Caminar la calma, se distrae observando lo que la rodea. Imagina historias de las personas que se cruza en el camino o anda atenta en busca de señales. Como cuando un día, bajando del micro vio en la pista una chapita de metal brillante, era amarilla y con letras rojas. Le llamó la atención pues nunca antes había visto una igual y a pesar de que estaba en medio de la pista y estaba toda cochina y chancada, decidió recogerla. Lo hizo porque le recordó a una persona con la que se siente identificada y pensó que si la chapita estaba ahí en ese momento era para ella. También contempla la luna y disfruta del aire fresco si es que es de noche. Si es de día observa las formas de las nubes y su sombra en la vereda, donde aprovecha para pasarse la mano en la cabeza y acomodarse el cerquillo. Ella puede estar metida en su mundo con una sonrisa interior, pues no regala sonrisas tan fácilmente, y de pronto suceden acontecimientos que la cambian por completo. Un mundo nuevo nace para ella pues no logra comprender en su totalidad a las personas y sus actitudes. Sin embargo, para darle un sentido a estos hechos, Camille supone que todos tienen un mundo interior incomprensible por otros. El fin o el objetivo de su mundo es compartir y hacer que los demás, así como ella, encuentren felicidad en los detalles.

Camille es consciente que vivimos en una sociedad donde todos tenemos derechos y deberes. Donde empiezan los derechos de uno, empiezan los deberes del otro. Sin embargo, en la ciudad donde vive, no todos respetan los derechos de los demás. La mayoría vela por su propio bienestar. Son muy pocos los que ceden un asiento, dan las gracias o sonríen en señal de un saludo. Hay personas por ejemplo que roban. Camille experimentó esto hace poco, ya van dos veces que le sucede. Entiende que muchas veces las personas hacen eso por necesidad, pero no logra entender como es posible hacer algo que haga daño a alguien más. A pesar que no haya daño físico estas acciones generan malestar, inseguridad, resentimientos, disgustos. Por todo esto pasó Camille, sorprendida se bajó del micro una cuadra antes de llegar a casa. Necesitaba caminar para entender lo sucedido, no lo podía creer. Caminaba a paso lento pero ya no seguro, pues ahora desconfiaba de toda persona que pasaba a su lado. No le importaba qué es lo que le habían robado. Lo que no podía entender era el simple hecho de que estas cosas pasen. Ella trata de ser una buena de persona, ¿por qué los demás no pueden tratar de hacer lo mismo? ¿Por qué se meten con otros que no conocen? ¿Por qué no regalar una sonrisa en vez de un mal momento?

Camille todavía busca una respuesta para entender por qué suceden estas cosas. Quiere averiguar que es lo que el universo trata de enseñarle. Sin embargo, no le molestaría que de vez en cuando le roben un beso. Eso es otra cosa.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Free

Ahora último se me ha dado por usar las zapatillas sueltas y creo que perdí el modo perfecto que tenía para narrarme. Esperando que cambie el semáforo, miré mis zapatillas y pensé en lo cómodo que es usarlas así. Ahorro tiempo al ponermelas, ahorro tiempo al sacarmelas. Sin embargo, se que volverá el día en que me las ajuste de nuevo. Simplemente, porque soy así. Puedo probar cosas nuevas, nuevas formas de ser, de ver el mundo y a los demás pero creo que todos volvemos a nuestros orígenes en algun momento. Tenemos convicciones y una forma única de ser. Cambió el semáforo y caminé por el pavimento lentamente y con seguridad, como me gusta sentirme. Al mismo tiempo, pasaba por mi mente otra vez, lo genial que sería escribir lo que pensamos al mismo tiempo. De esta forma las ideas no escaparían.

martes, 5 de mayo de 2009

Arte


¿Arte figurativo o arte no figurativo?

domingo, 3 de mayo de 2009

Tonight i'm a rock & roll star

Porque hago lo que quiero.
Porque no tengo obligaciones.
Porque yo decido que es lo que soy.
Porque hago lo que me gusta.
Porque si tengo un compromiso, es conmigo misma y con nadie más.
Porque así me siento.
Porque si me caigo, me levanto con sabiduría.
Porque lloro sin motivos.
Porque me río sola.
Porque disfruto de los detalles.
Porque me provocó.

sábado, 2 de mayo de 2009

Aceitunas verdes

Las ideas están ahí pero no logro ordenarlas. Comí aceitunas verdes, Gianluca lloró, el itunes corría y la música de fondo variaba tanto como mis emociones. Entonces, porque un nuevo amigo me aconsejó, decidí escribir. Muchas cosas sucedían a mi alrededor, aunque ya todos se habían ido. Tu te encargabas de entrar y salir de mi mente. Mientras entrabas la rabia salía y mientras salías entraba la tristeza. Entonces, ¿con qué me quedó? ¿con la rabia o la tristeza? ...Al final con lo único que me quedaré es con el desorden que he creado y con miedo de que llegue el lunes. Porque entonces todo será real.

viernes, 1 de mayo de 2009

Narices: algunas huelen, otras se la pasan frías.

Cada vez que sucede algo en el interior de Olorina y no tiene a quien recurrir, pues su amiga Mary-Kate no se encuentra disponible en casa, Olorina empieza a caminar. A veces sin rumbo, a veces a su lugar preferido. Al lugar donde descubrió los olores. Olores de su entorno cercano. Olores como el jardín recién regado, o el aroma que desprende un charco de agua. El olor de la mañana o los copitos de los eucaliptos. Olores que la pueden transportar y llevar a esos lugares remotos donde alguna vez se encontró. Olores y aromas que pueden recrear con total facilidad, en su mente, momentos de su pequeña vida. Es así como olores específicos hacen soñar a Olorina cada vez que lo necesita o cuando los encuentra de repente y es sorprendida con una sonrisa en el rostro. Ya sea el olor de los lápices de colores acuarelables, los pasteles al óleo, la tinta de un lapicero o el olor a mar y bronceador en un pareo producen en ella algo inexplicable.

Existe todo tipo de aromas. Algunos le producen nostalgia como el perfume que solía usar mamá o papá. Otros le sacan una gran sonrisa y tal vez una pequeña risa. Otros la dejan suspendida en el aire…con unas ganas inmensas de poder quedarse en ese estado para siempre. Otros le producen satisfacción… una sensación agradable, rica como el olor a nuevo, el olor que se desprende al abrir una maleta cuando alguien retorna de viaje, o el olor a aire acondicionado. Otros suelen hacerle una mala pasada a su memoria, pues le lleva mucho tiempo reconocerlos y no puede estar tranquila hasta saber de donde provenían originalmente. También están esos olores que le trasmiten una sensación de angustia justo como los recuerda, el olor a la natación o el olor a vinifán. Pero existen también otros olores que tal vez solo Olorina conoce, como el olor a Arquitectura. Existen también en el mundo, lo que Olorina puede llamar ‘olores universales’. Olores que la mayoría son capaces de reconocer como el olor de la gasolina, el aroma del café, el pan recién salido del horno, el olor a huevo duro de la lonchera o el olor que las llaves dejan en las manos. Pero como Olorina nos hizo saber, hay olores que nos marcan y que solo uno los puede reconocer.