sábado, 24 de julio de 2010

Eran las 6 p.m.


Volvió y ella solo quería correr, escapar. El escenario estaba oscuro, esta vez la luna no iluminaba pero si las luces de los carros que estaban en fila esperando el pase. Tenía el mundo a un lado, un vacío al otro y entre ambos la oscuridad que confundía, que alejaba pero quería acercar acaparando todo a su paso. Aceleraba el paso cada vez que podía, el frío la adormecía, ya no podía sentir sus manos, si caía no podría resistir. No podía sentir su cuerpo por el viento helado, pero eso estaba bien pues así no pensaba en la avalancha que se aproximaba. Quería llegar a un lugar, no sabía exactamente a cual. Había miles de laberintos, de caminos confusos, pero sabía que debía seguir el de tierra con pequeñas piedras que sentía a través de sus botas. Sentía una fuerza que la guiaba hacia adelante, un magnetismo en el piso.
Llegó al estadio, a las graderías donde el agua casi lograba alcanzar sus pies, sentada entre conocidos, pero ella sabía bien que no lo eran. Se burlaban, hablaban a escondidas, no eran honestos.
Un espíritu le habló. Eras tú en otro cuerpo.
Un felino la tomó como un cachorro de su camada para protegerla.
Tomaron un paseo en globo aerostático.
Y bailó con ellos luego de la muerte.

viernes, 16 de julio de 2010

No quería perder ese momento.

Y ayer después de hacer una pausa, se quedó impregnada de nostalgia, o algo similar, difícil de explicar. Como hace tiempo no se sentía, como estar en un desierto y sentirse pequeñita frente a la inmensidad del paisaje. Había silencio y calma, trataba de racionalizar, pero es inevitable cuando se trata de amor. Estaba preocupada, sentada en medio de la sala sola, en medio de la noche, después de despedirnos. Observando el trabajo de cuatro meses, observando lo que el tiempo había fabricado.

martes, 6 de julio de 2010

-RO-

Sólo un día

Hoy es un día en los que dudo si ser arquitecta o no es lo correcto. Es un día de esos en los que la melancolía del frío se apodera de mi cuerpo y los sentidos se agudizan. Puedo escuchar como las gotas de agua del caño de la cocina caen lentamente pero con una precisión exacta, con fuerza. Es un día en los que abrí mi cama a las 4 de la tarde, por las dudas que me invaden. Y caigo en que nada es verdad. Y puedo escuchar mi respiración con un ritmo fuerte y agitado. Y siento mi aliento tibio tratando de calentar mis siempre manos heladas. Y puedo escuchar correr el agua dentro de estas frías paredes, el sonido incesante de la batería agotada de un celular, el tic tac de mi reloj de muñeca y las dudas que revolotean por ahí jugando con mis sentimientos, como dos niños que no se cansan. Hoy es un día en que nada me puede calmar, tal vez solo un abrazo… Es un día en el que no estoy conforme con nada y siento que lo puedo perder todo por ser así. Es un día en que la oscuridad fue ganando espacio, poco a poco, junto a mí. Es un día en el que todo me inquieta y mi pijama no es lo suficientemente gruesa para soportar un día así. Un día en el que solo quiero escapar del mundo. Sólo un día.

lunes, 5 de julio de 2010

a.m.

Despertarse con el olor a cigarro la hace sentir atrapada, no puede respirar bien, le duele la garganta. Salir a la calle y respirar el monóxido de carbono que producen los carros la hace sentir mareada, presionada y sin escapatoria. El frío amargo lo abraza todo y el fondo gris de la pantalla no la ayuda a ver las cosas con claridad. Solo se deja llevar por el balanceo armonioso del bus durante el camino. Y luego sentir el olor del pasto recién cortado la hace estar más cerca a ti y el olor a tierra y polvo la traslada, la transporta. Solo tu aroma hace que se sienta como en casa.

sábado, 3 de julio de 2010

Tú, yo y el tiempo.


Fue sacada de su contexto por largos días, alejada del hechizo en el que se encontraba viviendo. Nauseabunda, mareada, recién comprendió todo al regresar a esa oscuridad. Vive con duendes que chillan y brujas malhumoradas, llenas de rencor, luchando por el trono. Los gritos reinan en ese entorno, no son una melodía. Quisiera ser expulsada de ese paraíso gris, lleno de disputas, alborotos y mal entendidos. Quiere volar con la soledad de un príncipe, que caza moscas con su lengua, feliz y sencillo. Conversar con él noches enteras y sentarse abrazados frente a una película, acurrucados como en un nido. Y compartir creaciones. Desea escapar de las brujas que con los años se vuelven más tercas. No quisiera sentir la melancolía cuando se aleja de su cómplice. Y quisiera ver mil partidos de fútbol siempre... :)