domingo, 26 de julio de 2009

Barba Frondosa y un poco de ron

Una vez más Barba Frondosa se aventura misteriosamente por estas costas. Había pasado mucho tiempo desde que no lo hacía, al parecer, en estos últimos meses, había mantenido su frondosa y característica barba casi inexistente. Como les mencioné en una ocasión, él posee otra vida. En realidad ahora que lo conozco un poco mejor podría decir que posee varias. Sin embargo, esta vez había dejado la formalidad del trabajo, por el estudio. Esto lo mantenía muy ocupado como para dejarse llevar por su espíritu hippie a alguno de esos viajes inesperados, para conocer un poco más en su interior. Y del mismo modo, descuidó a Música y Eco, sus fieles compañeros y novios desde aquella travesía a la India.

En este tiempo, donde Barba Frondosa no pudo hacerle merito a su nombre, debido a la constante poda de este bosque incomprensible. Este personaje abandonó de manera significativa su mundo interior. Dejó de lado sus verdaderos sentimientos, sus preocupaciones, sus miedos y hasta perdió la inspiración. Al parecer todo este tiempo vivió con una careta puesta. Con una máscara para despistar al mundo, sin dejar florecer su bosque o su verdadero yo. Barba Frondosa, a pesar de tener un espíritu alegre es un solitario de raíz. Podría decirse que ésta lo invadió desde el día en que nació y hasta ahora no se aleja de él.

La barba de Frondosa hace renacer su espíritu y éste lo motiva a descubrirse, a entenderse un poco más. Lo cual es esencial para la vida de artista que desea llevar este personaje y cosechar de forma sabia y próspera todo el talento que posee. Pero en este periodo solo hizo un viaje de retorno al lugar más profundo y lejano donde alguna vez se encontró, la isla De La Soledad. Al parecer llegó en busca de un refugio tras una aventura de muchos meses. Al parecer llegó exhausto y feliz a su dulce hogar para reposar de los alborotos de la otra aventura. De los líos que había tenido que sobrellevar y tal vez para librarse de la dependencia que genera encontrar a alguien parecido a él. Muchos pensaron que Barba Frondosa se había quedado varado, pero la verdad es que llegó ahí por su propia cuenta. Poco a poco pudo recordar el camino hacia la isla y en el momento en que divisó tierra fue extremadamente feliz. Como si en ese lugar reposara el tesoro más deseado por la humanidad. Lo más codiciado por todos, tanto así que el egoísmo reina en nosotros y no deseamos compartir ese motín con nadie. Efectivamente, una vez instalado en aquel lugar, encontrar el motín enterrado por años no fue difícil de hallar.

Desde entonces, Barba Frondosa sonrió. Pero no lo hizo con esa sonrisa que los que lo conocen tienen en su memoria, sino con una que nadie conoce o tal vez muy pocos. Una sonrisa que me es difícil describir, pero por lo que puedo imaginar debe ser placentera solo por unos instantes. Los relatos cuentan que este lugar le brinda a Frondosa una calma única, una sensación de renovación totalmente refrescante y se relaja como nunca antes nadie imaginó. Todo esto puede sonar a un verdadero paraíso, como esas islas paradisiacas donde la arena blanca, el mar turquesa y las palmeras dibujan el paisaje. Pero lo más temible es el atardecer, pues ahí la soledad llega a su límite y parece devorarse todo lo que encuentra a su paso. Es entonces cuando el pirata antes de partir a algún puerto cercano en busca de diversión para llenar esos vacios que lo atormentan, realiza algo inesperado. Realiza una llamada de larga distancia.

Cuando se comunica con el mundo exterior cualquiera pensaría que lo hace por un motivo relevante. Pero no es así, cree que con solo una llamada y tener a alguien al otro lado del teléfono, es compañía suficiente. De repente así calma su soledad por unos instantes. Pero el miedo a combatirla debe ser inmenso pues no se atreve a ello. Una llamada totalmente impersonal lo salva por unos instantes. Y como si el tema del clima fuera el factor más importante de la comunicación, habla pero sin decir absolutamente nada. En realidad es difícil de entender. ¿Para qué llamar a los que pertenecen al otro mundo? Para que hacerlo si tiene como convicción vivir apartado en la isla De La Soledad.

Los miedos una vez más reinan su vida. No decide, ni sigue al pie de la letra lo que cree. Si decide refugiarse en esa isla que lo haga con seguridad, pero que no desista y no involucre a otros que no pertenecen a ese reino. Pero sin embargo siempre retorna a lo mismo y realiza una llamada con los que convivió en estos últimos meses en esa gran travesía. Con los que estaban preocupados por su paradero. Con los que están interesados en tener información de lo que realmente pasó y si es que se encuentra del todo bien. Pero ellos no tienen la misma libertad de localizarlo cuando lo deseen. Pues nunca saben como el pirata reaccionará, a veces puede ser tan mala su actitud que temen agobiarlo y de esta manera hacer que se olvide de ellos para siempre. Es por ello que cuando él llama esperan con ansia saber como se encuentra, saber cuando volverá a la vida, saber como se siente. Pero él solo se limita a hablar del clima, de lo genial que se encuentra en ese mágico paisaje y tal vez de lo increíble que son las fiestas por los puertos ahí cerca de donde se encuentra.

Efectivamente podría decirse que quedó varado en la isla De La Soledad. Y le da miedo volver a salir a ese mar lleno de dudas. Miedo a depender de alguien o algo. Por ello se resiste a dejarla. Por temor a lo desconocido. Temor a que alguien pueda controlar su libertad de pirata. Anda solo de fiesta en fiesta bebiendo ron y sin darle explicación a nadie de sus actos. El considera esto la felicidad. Aunque algunos digan que la felicidad no es un estado sino viene por momentos. Pero el se encuentra en un estado porque a pesar de que pare rodeado de personas, la barrera que ha creado ante todos lo deja aislado. Y aunque él no lo crea esa soledad se refleja en su rostro. Al parecer anda despreocupado por la vida, pero dentro miles de angustias lo agobian.

Todo esto puede resultar un poco raro, hasta confuso pues este pirata es conocido por la continua sonrisa que está dibujada en su rostro. Además de lo extrovertido que puede ser, sobretodo cuando se encuentra en un entorno social apropiado. Podría considerarse como un gran hablador. Se la pasa bromeando y coqueteando por ahí, cautivando a cualquiera con esas pestañas también pobladas como su codiciada barba por los del género masculino. Esta habilidad para conversar es única en él, puede hablarte de cualquier tema. Y cambiar de este con tanta facilidad que a veces o para algunos esto puede resultar un poco fastidioso. Pero simplemente lo hace para evitar momentos incómodos y así mismo el silencio. Al parecer el silencio lo agobia y le teme un poco. Me pregunto si será porque en esos momentos sus sentimientos más profundos salen a flote. O realmente quién sabe. Pero definitivamente, cuando se trata de temas profundos, que impliquen un autoanálisis y critica, esta habilidad desaparece como por arte de magia.

Este temor por enfrentar sus sentimientos devalúa su calidad como pirata. ¿Dónde y cuándo se ha visto que un pirata tenga miedo? ¿O que estos dominen sus decisiones? Barba Frondosa es un gran pirata, pero todavía no uno profesional. Los piratas necesitan valor y coraje. Valentía, tanto así como el parche característico en el ojo izquierdo. Para poder dominar su barco y ser el gran capitán que desea primero debe ser capitán de sus propios sentimientos.

Este interesante personaje esta cambiando constantemente, y debemos atribuirle esto al famoso tapete que lleva en el rostro. Tal vez en estos tiempos no lo ha dejado florecer en su totalidad. Pero por periodos este ha crecido y del mismo modo desaparecido al poco tiempo. La barba no ha tenido la libertad necesaria para actuar sobre Frondosa y liberar su espíritu. Ni así mismo a Música y Eco.

Dicen que el alcohol desinhibe a las personas. Tal vez con un poco de ron logremos que elimine sus miedos, hable claramente y deje esa isla donde se ha refugiado permanentemente. ¿Ustedes qué dicen?

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