sábado, 25 de abril de 2009

Nubes rosadas

Y de pronto alcé la mirada y ahí estaban ellos, la niña acompañada de su padre, inmensos, inmersos en el paisaje como fuera de escala. Comprendí desde el principio que se trataba de una niña pues me dijo claramente - a esta hora salimos porque me gusta mi traje fucsia. Los vi tan grandes y en paz disfrutando desde otra perspectiva lo que nosotros vivimos a diario, que me provocó que alguna vez me inviten a dar un paseo con ellos. Note que me acompañaron durante un buen rato y luego vi que efectivamente si tenían un invitado. Era una ballena, que me recordaba a un elefante y en su regazo llevaba a un niño. Luego fueron ellos, a quienes les tocó acompañarme durante mi retorno en auto por la carretera. Y me quede soñando en cuando tendría la oportunidad como aquella niña de ser así de grande y fundirme en el paisaje. Cerré los ojos y dormí.

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