lunes, 27 de abril de 2009

Leche condensada

No hay duda que existen sabores que nos marcan, el otro día preparé un pie de limón y cuando lo hago me encanta sacar hasta lo imposible de la lata de leche condensada. Ese pie de limón lo regalé y el sábado me provocó hacer otro pero para mí. Hoy mi mamá me dijo, Romina hay leche condensada y cereal. Porque sabe que me gusta comer el cereal con leche y no con yogurt. Entonces me dirigí a la cocina y procedí a buscar la leche. No había ninguna lata, en cambio había una cajita de cartón. Me extrañe, pero no dude de la marca porque es mi favorita de leche evaporada. Comí el cereal con las dos leches pero no me sentí como antes solía sentirme. Faltaba algo, regrese a la cocina a probar la leche condensada sola… ese era el problema. No era como la recordaba, como me gusta, no era la marca que desde niña estaba acostumbrada. Le faltaba fuerza y con pena mire en el refrigerador y todas las posibilidades que se me presentaban y que imaginé…gelatina, galletas de vainilla, galletas de soda y canchita blanca, todo con leche condensada. ¡Que rico! Pero que pena que no estés tu, mi lata de leche condensada.

1 comentario:

Malena dijo...

muy identificada.... no por lo de cocinar, pero si el cereal con leche condensada, y raspar la lata hasta q parezca recien lavada.

tq ro!