miércoles, 12 de mayo de 2010

Muchos

Sumergida entre sábanas con un ligero dolor de garganta, con un pequeño dolor de cabeza. Prefiere no despertar y enfrentarse a la realidad. Revuelta entre el cubrecama como cuando tenía 6-5 años y jugaban a la cueva, donde una raqueta de tenis era toda la estructura y mantenía libre el ingreso a ese mundo.

Estaba caminando y quedó impregnada por ese aroma, esa sensación. Era una combinación de humedad y el olor que desprenden las hojas al ser quemadas. Era un ambiente fresco, con cielo claro pero gris. Corría viento y ella quería dejarse llevar por él. El sonido de los pájaros, la soledad de la calle, su cerquillo y otro mechón despeinado enmarcaban esa escena. Observaba un cuadro de palomas abrazándose en lo alto de un poste, también se besaban. Quería quedarse ahí, fuera de los límites, de la realidad encerrada. Pero le abrieron la puerta y tuvo que pasar de pronto.

Desperté entre melodías de Juan Luis Guerra, recordando que nos habíamos encontrado una vez más en los sueños. En el lugar donde nada nos limita y lo oculto sale a flote. Las melodías seguían y se encargaban de llevarme a otro lugar donde bailábamos, suave como si un vínculo nos uniese. De pronto las miradas a los ojos se encargan de prolongar los minutos y dibujar sonrisas poco a poco. Disfruta tanto las miradas, así como las palabras suaves que caen con delicadeza, como ese roce intencional o como las sorpresas que dejó de hacer hace mucho.

Había olvidado lo que es salir los domingos, esos días cuando había almuerzos en la casa de la tía. Las calles están desoladas, tranquilas, llenas de carros estacionados de otras personas que también tienen almuerzo en la casa de la tía. Y los miles de pajaritos que se apoderan de las veredas toman vuelo cuando pasamos en el carro. El paisaje está dibujado entre los marcos de la ventana delantera del carro. Una sensación buena olvidada. Y después sonó Stone Temple Pilots en el carro y llegaste de invitado a mi mente de inmediato. Imagino muchas cosas.

Tengo la hoja en blanco al frente. Lista para aguantar cualquier cosa, cualquier tipo de historia. Recibo mails, recibo canciones, muchas, como antes. Una vez más puedo dibujar una sonrisa. Imagino y me transporto junto a ti. Pienso, con la música como acompañante en como explicarme para ti. Te imagino sentado al costado solo observando. O haciéndote una exposición con Power Point de por medio. ¿Así me entenderías? No me conoces, soy otra, soy diferente.

No hay comentarios: