Decidió tomar un descanso en el refugio de antaño. Procedió a acomodarse en un montón de hojas secas que le servían a modo de colchón. Quiso solo recostarse y estirar su pequeño cuerpo, sin embargo, un aroma frío de nostalgia entró por su rostro y la invadió hasta la punta de los pies. Decidió entonces taparse con más hojas y así evitar que se le escape ese sentimiento que buscaba desde hace mucho tiempo. Y así, en tan solo un instante, ya se encontraba en otro mundo, pero siempre atenta y pendiente del tic tac incesante de las manecillas del reloj. Trató de buscarte pero llegar hasta donde estás tarda mucho, el camino es largo y necesitaba, por lo tanto, más de esos 15 minutos que duró el hechizo. Hola- te hubiese dicho sonriendo, te he extrañado-. Pero estaba tan cansada que te habría invitado a recostarse a su costado y dicho -conversemos en los sueños-. Se quedo dormida y… me quede dormida. Ojalá los tres podamos encontrarnos pronto.
lunes, 18 de enero de 2010
De regreso
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3 comentarios:
Ojala
No me gustan los anónimos.
a mi tampoco
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