viernes, 25 de diciembre de 2009

Believe in me

Cambió de lado y al voltear la cabeza se encontró con la pared. Los agujeros pequeños de esta, le recordaron a los que se forman en la orilla junto al mar. Y la textura suave y lisa, además de la frialdad, le recordaron a las conchitas blancas de la playa. Se trasladó en ese momento a ese escenario. De pronto se encontró descansando en la arena, en un día nublado pero cálido. Y se topó por casualidad con la paz perfecta que le hacia falta. En vacaciones, su cuarto, su mente y su cuerpo son un total caos. Es tal el desorden que las cosas se confunden con facilidad y la ansiedad y los nervios son los protagonistas de esta historia. Constantemente trata de evadirlos, pero hoy al hacerlo, camuflada entre sus sabanas, cayó en cuenta de que algo sucedida. Las letras eran pequeñas, confusas, estaba cansada y solo volteaba la cabeza para pensar en otra cosa. La mano le temblaba, le pesaba y de pronto se encontró haciendo dibujos sin sentido. La historia se repite, pensó. Tiene miedo y necesita de un orden para estar tranquila. En estos días su corazón late más fuerte, más rápido…

1 comentario:

Anónimo dijo...

es el sindrome de las vacaciones, a mi me pasa lo mismo