jueves, 17 de diciembre de 2009

Antes de dormir

¿Y tu no sueñas?, le pregunté. Lo que sucede es que últimamente no puedo levantarme temprano. Mis sueños me atrapan. No se si son estas sábanas verdes con beige que me hipnotizan, estas enredaderas verdes que no me dejan escapar o qué… Por cierto, bienvenido a mis sueños otra vez. Yo sueño todos los días, le dije. Hoy, tu olor no está presente. Cuando no pienso en tu entorno me siento tranquila. Cuando sucede algo y no estás, te lo dejo escrito tal post-it. O al revés. Hay veces en las que no hablamos en simultáneo, pero sabemos de la existencia de nuestra conciencia y de las sonrisas dibujadas al azar. No es complicado. En unos segundos todo puede cambiar. Los segundos que más disfruto son los que mueren antes de dormir, donde a veces pierdo grandes historias por flojera a tomar un lapicero y prender la luz. Y otras, lo hago sin sentido. Y releerlas es como tirarse en la alfombra de espaldas, pero sin el fondo musical apropiado. Y lo único que te viene a la mente es llamar a tu mejor amiga para no sentir que el mundo se va rompiendo en pedacitos. Solo porque la música de fondo no era la adecuada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

vos siempre soñás sin kilombo de pesadilla?

michael dijo...

aja! y eso?
siempre que una persona duerme sueña, solo que tu los recuerdas

Malena dijo...

estos dias metida en la cama me di cuenta de lo genial que es echarte a pensar, a no hacer nada. No podia dormir porque la incomodidad y el dolor no me lo permitian, y no podia leer ni ver television por lo mismo. Asi que decidi recapitular mi dia antes de dormir, pero al no quedarme nunca dormida me pase horas pensando... sirvio de mucho. Fue mejor que soñar