viernes, 19 de junio de 2009

Te confieso

Esa noche, después de tiempo se fue a descansar con una sonrisa en la cara. Se dirigió a la cama tranquila sin importarle mucho las obligaciones que venían con el mañana. No pensó en esos momentos que hasta entonces la habían perseguido. Por un instante pudo olvidarse de eso. Y decidió ser feliz con el momento que había vivido. Desde el inicio de la conversación, una sonrisa se dibujó en su rostro. La llamaron soñadora y se sintió muy bien. Fue feliz porque sintió que todavía, después de mucho, podía hablar con alguien porque realmente lo quería. No lo hacía por cumplir, ni por costumbre. Se sintió cómoda pues sabía que podía hablar con total franqueza y con total seguridad que iba a ser escuchada al igual que ella escuchaba atenta cada palabra del otro participante. Te confieso…- dijo él en un momento. Esa frase la cautivó, pues quiso decir confió en ti. Habló de sus pasatiempos, de cómo se veía en el futuro. Habló de los sueños, de los misterios, de lo que quiere, de lo que le haría feliz. Habló de la arquitectura, habló con la verdad…después de mucho tiempo. Aprendió entonces a dar oportunidades a nuevas personas.

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